El diario de Cosmos

Tengo 22 años, vengo de muy lejos y voy a todos lados, escogí sentirme vivo cada dia como mi carrera universitaria y aunque no lo parezca haya veces que no me siento así. Me resulta bizarro escribir y que por ahora mis textos se encaminen hacia emociones muy alejadas de la luz y felicidad. Supongo es momento oscuro y denso en estos momentos pero las estrellan brillan en la noche, juegan sin miedo entre el basto universo, nos hacen alzar la mirada hacia el cielo y saber que dentro de nosotros tenemos polvo de ellas, ahora no me importa a donde voy aunque tengo muchos planes a futuro y los voy a cumplir, deje de practicar para divertirme, que cuando me sienta apagado lo disfrute tanto como la más plena felicidad porque es gracias a la tristeza que puedo saber que tan feliz estoy feliz, que cada dia que me despierte sea uno digno de lo que yo sueñe, de mis planes, de mi vida, que disfrutar no sea un gusto solamente y el trabajo deje de ser un disgusto, que pueda sentir que lejos es cerca y no necesariamente en distancia, que estos textos escritos en una computadora no son tan fríos como parecen y lo más importante es que cuando termine el dia pueda decir que corrí por el tiempo, disfrute del volumen de la luz, que las emociones fueron contadas por mis latidos, que no existió momento que pueda ser medido porque somos complejos, somos más que carne con vida, que somos vida, somos sentimientos, que somos viajeros del tiempo y no solo del espacio.

Somos, soy... 22 años.